Cuando y por qué empecé a caminar descalza
Siempre he sentido una gran liberación al quitarme los malditos zapatos y más aún, si estos llevaban tacón. Recuerdo perfectamente ir a la oficina o a una boda con esa sensación de llevar un mal disfraz donde los zapatos eran una auténtica tortura.
Ya había leído mucho sobre los beneficios de caminar descalza así que desde que empecé a vivir en la latita fui aumentando poco a poco mi exposición y a diversificar más los terrenos. El vivir en entornos naturales me ha ayudado mucho a ir probando más texturas y, más allá de los placeres sensoriales, puedo decir que caminar descalza me ha venido muy bien a muchos niveles. Así que metámonos a fondo en esta cuestión.
Beneficios de caminar descalza
Fortalecimiento del pie
Lo primero que noté y más evidente, fue la forma en que los pies se expanden y fortalecen, empiezas a darte cuenta de la cantidad de músculos, tendones y ligamentos que tenemos ahí.
Y es que el encorsetamiento al que sometemos a nuestros pies durante años hace que poco a poco se vayan debilitando. Si lo piensas, es como cuando te lesionas y te inmovilizan un brazo o una pierna, es increíble como esa parte de tu cuerpo se debilita en cuestión de días. Pues bien, imagínate eso durante años, toda una vida en algunos casos.
Al caminar descalza, he permitido que mis pies se extiendan y flexionen más, lo que se ha traducido en una mejora significativa de la salud general de mis pies. Y, además del aumento de la respuesta sensorial de las plantas de mis pies, he mejorado mi equilibrio y estabilidad.
Mejora de la postura corporal
Además, caminar descalza ha tenido un impacto positivo en la alineación de mi cuerpo, ando más erguida y no tiendo a encorvarme tanto. Andar descalza junto con el trabajo de fuerza y de desarrollo personal, creo que han sido claves en este sentido.
Earthing o Grounding: Una mayor conexión con la naturaleza
A un nivel más profundo, caminar descalza me ha permitido conectarme más con la naturaleza, con la tierra, es como una práctica meditativa y de enraizamiento. Esta forma intencionada y consciente de caminar ha sido una fuente de calma y presencia, de trabajar el momento presente. Es como una meditación en movimiento.
Earthing o grounding son los términos que se utilizan en inglés para hablar de todo esto y hay algunos estudios que afirman que se produce una mejora del sueño, reduce el estrés y refuerza el sistema inmunitario e incluso que puede ayudar a reducir la inflamación.
Además, y no menos importante, la elección de caminar descalza ha sido una oportunidad para volver a ser niña, de volver a jugar. Me ha animado a buscar nuevos entornos y terrenos para experimetar porque sí.
La mejora de la Propiocepción al caminar descalza
El concepto de propiocepción, o la capacidad del cuerpo para percibir su propia posición en el espacio, es un elemento crucial del bienestar físico que mejora significativamente con la práctica de caminar descalza. Al adquirir el hábito de caminar descalza he afinado mi conciencia y coordinación corporal, lo que se traduce en mayor agilidad.
Integración gradual: despacio y de forma segura y consciente
Lo que sí creo que es muy importante es abordar todo esto con paciencia, conciencia y con una progresión gradual para garantizar una experiencia segura, eficaz y sostenible.
Yo te diría, que si te animas, empieces con periodos cortos de tiempo y en entornos familiares. Además, es esencial prestar mucha atención a las respuestas de los pies y del cuerpo durante las fases iniciales, y así ir desarrollando ese sentido de la conciencia para ir adaptándote al ritmo e intensidad que tu cuerpo te va demandando. Para mi la experimentación y el juego ha sido vital, jamás me he marcado una meta, ni me lo he tomado como un reto, he hecho un abordaje de la forma más natural que he podido, lo que me permitía el momento y el lugar, probando diferentes terreros, tiempos, ritmos…
Ejercicios de Fortalecimiento y movilidad
Y aquí tengo que nombrar a Rober Sanchez sí o sí de M de Movimiento. He hecho varios programas y microcursos con él y el de “Foot” es una delicatessen.
Estoy segura que al incorporar ejercicios específicos de fortalecimiento y movilidad para los pies, los tobillos y la parte inferior de las piernas a mi rutina habitual, he podido fortalecer las estructuras y la musculatura esenciales, garantizando la resistencia y la adaptabilidad necesarias para una experiencia sostenible y agradable de caminar descalza.
Calzado minimalista o barefoot
Gracias a Rober también empecé a experimentar con el calzado minimalista o barefoot y ya ni loca me calzo unos zapatos, incluso habiendo tenido varios saraos de por medio.
Y es que este tipo de calzado está diseñado para mantener esta experiencia de ir descalza pero con una mayor protección en entornos poco amables, como una ciudad, o mantener ciertas “normas sociales” como estar en una oficina.
Estas son las características comunes de cualquier calzado barefoot:
· Suela delgada: La suela debe ser lo suficientemente delgada como para permitir la máxima sensación del suelo, pero aún así, ofrecer una mínima protección contra objetos peligrosos y la abrasión.
· Alta flexibilidad: El calzado debe ser muy flexible en todas las direcciones, permitiendo que el pie se mueva libremente y se flexione como lo haría al estar descalzo.
· Zero drop: El talón y la punta del pie deben estar a la misma altura (sin inclinación), promoviendo una postura y pisada naturales.
· Caja de los dedos amplia: La parte delantera debe ser lo suficientemente ancha para permitir que los dedos se extiendan y se muevan libremente, sin restricciones.
· Ligereza: para no interferir con el movimiento natural del pie.
· Sin soporte para el arco: No debe tener soportes para el arco integrados, ya que se busca que los músculos del pie trabajen y se fortalezcan por sí mismos.
· Sin amortiguación excesiva: Debe tener una mínima amortiguación, solo la necesaria para proteger de impactos severos, promoviendo una mayor percepción del suelo.
· Material transpirable: Los materiales deben permitir una buena ventilación para mantener los pies frescos y secos.
· Ajuste seguro: Debe tener un sistema de ajuste que mantenga el zapato en su lugar
Eso sí, también te diré que no he abandonado el calzado convencional, quiero decir, zapatos ya no me pongo, de ningún tipo, ni sandalias, ni botas, ni tacón, ni nada de nada, pero sí utilizo zapatillas de trail running para la montaña o botas para la alta montaña. He hecho caminatas largas por bosques, pistas forestales con mi calzado minimalista pero todavía no he ido más allá.
Pero lo que sí es evidente es que cada vez veo más gente con este tipo de calzado (no sé si será por el ambiente en el que me muevo) pero incluso vi en el perfil de rmotioncoach que los barefoot han llegado incluso a la la escalada. ¡A ver cuando llegan al ciclismo!
Conclusión de mi experiencia de caminar descalza
En conclusión, para mi caminar descalza ha tenido muchos beneficios físicos, además de sentir una gran liberación y una mayor conexión con la naturaleza y por eso no lo puedo recomendar más alto y más fuerte. Pero, creo que es importante empezar poco a poco, sin obsesiones, empezar a ratitos, por casa y luego ir sumando diferentes terrenos a medida que vas también incorporando rutinas de fortalecimiento de tus pies. Si te animas o ya estás en ello, cuéntame tu experiencia, impresiones y avances.
2 responses
Hola bella!! Me encanta este post! A mí cambiar a calzado minimalista me ha venido genial!
Lo más duro fue mantener el calzado de bici, porque el resto, ha durado poco en casa… Nosotros nos hemos pasado a la marca Lake, con una horma más ancha. Aunque la suela sigue siendo dura (para seguir facilitando el pedaleo), podemos mover los deditos de los pies!! Creo que se pueden seguir mejorando, pero ya es un buen compromiso 😃
Un abrazo ❤️
Eyyy muchísimas gracias por esa recomendación, voy a echar un vistazo para cuando tenga que renovar.