No nos han enseñado a gestionar nuestras emociones, no nos han explicado cómo funciona nuestra mente y el porqué es tan necesario y vital un diálogo interior que nos ayude a avanzar.
Estamos rodeados de muchos estímulos que nos impiden focalizar la atención, vivimos en un mundo hiperconectado donde la opinión de los demás pesa cada vez más y, para rematar, nos ha tocado lidiar con una pandemia que se está alargando más de lo que quisiéramos.
El resultado es que vamos deambulando día a día sin rumbo ni dirección, con una gran sensación de vacío y una preocupación constante por un futuro incierto.
Cuando empecé a ser consciente de todo esto comencé a buscar esa cuerda donde agarrarme para salir del agujero en el que me estaba viendo atrapada.
He leído y escuchado mucho sobre desarrollo personal, he ido cogiendo ideas de aquí y de allá, algunas prácticas me han servido un tiempo y otras se han quedado conmigo para siempre, algunas me ayudaron en momentos puntuales y otras no resonaron para nada conmigo.
Me he hecho muchas preguntas, vomitado emociones y pensamientos en unos cuantos cuadernos, he tenido conversaciones muy incómodas y tomado decisiones que no han sido entendidas, ni comprendidas.
No es que ahora haya encontrado la panacea y viva en un estado de éxtasis y júbilo diario. Para nada. Todos los días son una batalla y sigo con ese trabajo constante de encontrar mi mejor versión.
Pero si tuviera que elegir un método, una estrategia, un camino, que de alguna manera guiara como afrontar la vida de la mejor forma posible, sin duda elegiría el Estoicismo.
El hecho de que fuera una filosofía de hace más de 2.000 años hizo que, al principio, me pareciera un planteamiento muy alejado de la realidad actual. Pero al ver que estaba detrás de algunas corrientes de la psicología moderna y con una orientación 100% práctica basada en herramientas concretas me hizo cambiar de opinión.
Y oye ¿si todavía sigue vigente será por algo no?
En el podcast de hoy te traigo a Lucía Luengas a la que encontré hace poco motivada por esa búsqueda de ahondar más en esta forma de ver la vida.
Me encantó el trabajo que está haciendo de divulgación y comunicación de estos principios y herramientas estoicas.
El podcast de Psicorendimiento, la web, y ahora también canal de Youtube, de Diario Estoico o sus redes sociales, son las plataformas que utiliza como dice ella “para llevar el estoicismo a las calles”.
Pero Lucía no se queda ahí, es una mujer fuerte por dentro y por fuera, y de ahí surge la amazona que lleva dentro.
El deporte ha estado muy presente desde que era pequeña y tras probar diferentes disciplinas llegó al mundo del crossfit primero y la calistenia después. Una disciplina esta última que quizá todavía no sé conozca lo suficiente y que tiene mucho que ver con trabajar el cuerpo de una manera integral y consciente.
De estoicismo, de calistenia y de mucho más va el episodio de hoy, así que si quieres empezar a trabajar en tu mejor versión te recomiendo que te quedes hasta el final.
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