Hay palabras que no necesitamos buscar en el diccionario porque las hemos vivido. “Extractivismo” es una de ellas. No hace falta estar en América Latina o en la Amazonía para conocer sus efectos. Basta con vivir en un pueblo. O con mirar alrededor.
Cada vez son más los territorios en España que se ven amenazados por megaproyectos industriales: minas a cielo abierto, fábricas de celulosa, macrogranjas o inmensos parques de renovables que, lejos de respetar la vida rural, la arrasan. Todo eso, bajo una promesa que ya conocemos demasiado bien: “esto traerá empleo y desarrollo”.
Pero quienes habitan esos lugares, quienes cuidan la tierra, el agua, los montes, los huertos, las colmenas, saben que hay otras cosas en juego. Que lo que se pierde no siempre sale en los titulares.
Por eso, en este nuevo episodio de Hacia lo Salvaje, nos sentamos a hablar con mujeres que están defendiendo sus territorios desde una mirada ecofeminista, poniendo el cuerpo, la palabra, el tiempo y la energía en frenar lo que otros llaman “progreso”, pero que para ellas solo significa destrucción.
Tres territorios, una misma raíz, la lógica del extractivismo
En Galicia, la comarca de A Ulloa está en pie frente al proyecto de ALTRI, una multinacional que quiere construir una macrocelulosa con capacidad para producir 400.000 toneladas anuales. El plan incluye una fábrica de lyocell, una chimenea de 75 metros y la extracción diaria de 46 millones de litros de agua, más de lo que consume toda la provincia de Lugo.
En Cáceres, Extremadura, la mina de litio de Cañaveral ha sido declarada proyecto estratégico por la Unión Europea. La empresa Lithium Iberia proyecta una explotación a cielo abierto y subterránea en una zona próxima a la Reserva de la Biosfera de Monfragüe. El objetivo: alimentar esa transición energética que no queremos. Y todo a costa de un territorio rico en biodiversidad y con una población dispersa y envejecida que ya ha dicho: No a la Mina.
Y en Noviercas, Soria, estuvo a punto de construirse la mayor macrovaquería de Europa: 23.500 vacas, 100 millones de euros y toneladas de purines al día. Gracias a la labor de la Asociación Hacendera y a un cambio legislativo, el proyecto se frenó. Pero la amenaza no ha desaparecido: las tierras siguen en manos de la empresa y ahora se barajan otros usos, como parques eólicos o solares industriales.
Tres territorios diferentes. Tres historias con nombres propios. Y sin embargo, una misma raíz: la lógica del extractivismo, que pone el capital por encima de la vida.
¿Qué es el extractivismo y por qué nos atraviesa a todas?
El extractivismo no es solo una palabra técnica. Es una forma de relacionarnos con la tierra basada en la explotación y en la idea de que todo está ahí para ser extraído, vendido y consumido. También los cuerpos. También los tiempos. También las comunidades.
Y por eso, hablar de extractivismo sin hablar de ecofeminismo es dejar fuera la mitad de la historia.
El ecofeminismo nos recuerda que los cuerpos y los territorios han sido históricamente violentados de forma parecida. Que la misma lógica que destruye un ecosistema es la que cosifica a una mujer. Y que la resistencia pasa, necesariamente, por recuperar otra manera de habitar el mundo: más cooperativa, más respetuosa, más comprometida con la vida.
En el episodio, escucharás cómo estas mujeres no solo luchan contra megaproyectos. También construyen redes, cuidan a sus comunidades, organizan charlas, presentan alegaciones, hacen seguimiento legal, y a veces, simplemente, se acompañan unas a otras para no desfallecer.
¿Lucha o resistencia? El poder del lenguaje
Una parte muy emocionante de la conversación fue cuando hablamos sobre el lenguaje que usamos. Muchas veces, decimos “lucha”, porque sí, porque es una batalla diaria. Pero también sabemos que las palabras importan, y que quizá necesitamos formas nuevas de nombrar lo que hacemos.
Una de las invitadas lo decía muy claro: “Para mí es una lucha porque están intentando expulsarme de mi tierra. Pero también es resistencia, y cuidado. Y eso también hay que sostenerlo.”
Desde Hacendera, por ejemplo, eligieron conscientemente usar un lenguaje que no polarice aún más a sus pueblos. Porque cuando en un pueblo hay 50 personas a favor y 50 en contra, gritar no es siempre la mejor opción. A veces es más poderoso sentarse a hablar, escuchar y compartir datos.
Esto no significa bajar la guardia. Significa hacer política desde otro lugar: uno donde la paz, el cuidado y la escucha también son herramientas de transformación.
Cuerpo, territorio y dignidad
Hablamos también de Lorena Cabnal y su propuesta de “cuerpo-territorio”, que nos invita a mirar cómo las agresiones extractivistas no solo impactan la tierra, sino también nuestros cuerpos, nuestros ritmos, nuestra salud emocional.
Una de las participantes lo resumió con una imagen preciosa: “¿Cómo es posible que se atente contra las mujeres y contra la Naturaleza, si ambas somos las que damos la vida?”
Y es que, en estos procesos de resistencia frente al extractivismo, no se trata solo de evitar una mina o una macrogranja. Se trata de defender una forma de vivir, de cuidar, de relacionarnos. Se trata de no perder la alegría, ni la comunidad, ni la salud mental en el camino.
Lo que puedes hacer tú frente al extractivismo
Quizá estés pensando: “Vale, ¿y yo qué puedo hacer desde donde estoy?”
Pues mira, puedes hacer mucho. Aquí van algunas ideas:
- Escucha el episodio sobre el extractivismo. De verdad. Escúchalo con calma, con el corazón abierto.
- Comparte esta historia. Pásala a tus amigas, a tu familia, a ese grupo de WhatsApp donde siempre se habla de todo.
- Infórmate sobre lo que pasa en tu territorio. A veces no hay que irse tan lejos para descubrir un megaproyecto en tu comarca.
- Apoya las plataformas locales. Muchas están lanzando crowdfundings para afrontar costes legales. Cada euro cuenta, aquí te dejo la de Ulloa Viva en Goteo
- Y sobre todo, no te desconectes. Ni de la tierra, ni de tu comunidad, ni de ti misma.
Dale al play y únete a la conversación
Este episodio no es solo una charla sobre extractivismo. Es una invitación a mirar el mundo con otros ojos. A cuestionar lo que nos dicen que es desarrollo. A recuperar el vínculo con la Naturaleza y con nosotras mismas.
Dale al play. Escucha. Reflexiona. Y, si quieres, actúa. Porque lo que está en juego es mucho más que unas hectáreas: es el presente y el futuro de nuestras vidas, nuestras hijas, nuestras montañas, nuestros ríos y nuestros sueños.
Notas sobre el podcast Extractivismos:
- Web de la Asociación Hacendera aquí.
- Más info sobre Plaforma Ulloa Viva.
- Y sobre la Mina de Cañaveral.
- Artículo: Lorena Cabnal: Mujer, Cuerpo y Territorio. La Resistencia de las Mujeres Ante el Extractivismo
- Leer: Comunicación No Violenta (CNV): El arte de conectar desde el corazón y transformar el diálogo
- Podcast: Comunidades Energéticas: La Revolución Ecofeminista de la Energía Sostenible
