En el fondo somos almas aventureras, inquietas, curiosas, mujeres a las que nos gusta probar cosas nuevas, experimentar, pero no lo hacemos tanto como nos gustaría.
¿Y sabes por qué?
Porque no alimentamos ese fuego, no dejamos que nuestra mujer salvaje corra en libertad, no dejamos que nuestro instinto se expanda.
Por eso Hacia lo Salvaje te ayuda a recuperar eso que está tan dentro, olvidado, dormido, para sacarlo fuera.
Porque lo salvaje nada tiene que ver con la falta de control, sino con la conexión más pura, real y auténtica con nuestra naturaleza.
¿Y qué pasa cuando no hay esa conexión?
Algunas mujeres lo definen así:
– Sin ganas de nada, apática, sin inspiración, sin creatividad.
– Como con una falta de espiritualidad o sensibilidad, irascible, cabreada con el mundo.
– Incapaz de seguir adelante, insegura, atascada, bloqueada.
– Sin capacidad para poner límites.
– Con miedo a lanzarme a la aventura.
«Se quedan mudas, cuando están ardiendo, se agarran cuando deberían soltar»
Así lo explica Clarissa Pinkola Estés en el libro Mujeres que Corren con Lobos.
Y ni que decir tiene que estamos hablando dentro de unos límites, para asuntos más serios hay que acudir a profesionales de la piscología, terapia o lo que cada una considere, un viajecico no hace milagros.
Aclarado esto, también es importante que sepas que este arquetipo de la mujer salvaje funciona para todas, da igual la cultura, la edad o la política, por eso ha ayudado a mujeres de todo el mundo.
Y lo dicho, para unirte deja tu dirección de email aquí.
Además, apuntarte viene con regalo.